Al igual que bastantes personas de mi generación antes de estudiar Bellas Artes tuve que estudiar otras carreras universitarias que se consideraban menos arriesgadas para un futuro profesional; así que obtuve mi título de Magisterio por la Universidad de Murcia en 1975.

Diez años despúes, siendo funcionaria como maestra de educación primaria, obtuve mi título de Licenciada en Bellas Artes en 1985 en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Cinco años despúes, en 1990, obtuve el título de Doctora en Bellas Artes en la Universidad de Granada.

Cuadros para una tesis de doctorado

Mi investigación de doctorado tuvo una parte escrita y una parte pintada. En aquellos años todavía no estaban muy claras las posibilidades de las metodologias artísticas de investigación, pero la Universidad de Granada fue una de las pioneras en el panorama europeo e internacional en admitir este tipo de enfoques para las tesis de doctorado.

En la parte escrita desarrollé el concepto de ‘actitud pictórica’.

A continuación resumo el texo en el que desarrollé este concetpo en relación con los cuadros que formaban parte de la tesis.

Autora (socho años de edad aproximadamente) Intervención sobre viejos cuadros familiares. Técnica mixta, 70 x 27 cm, cada pieza.
Autora (1988-1990) Pájaros azules. Lápiz y acrílico sobre tabla, 69 x 98’4 cm, marco incluído. Colección particular, Granada.

Proponerse pintar no es tarea fácil, si se desea asumir un cuadro en toda su complejidad.

La dificultad no fue pintar, sino comprender y asumir de forma clara una situación que podría expresarse a través de la siguiente secuencia:

-Yo sé pintar. Sé trazar trazar las líneas del boceto, sé distribuír las masas, sé seleccionar adecuadamente los colores.

-Por lo tanto, esas cosas no deben preocuparme. Lo único que tengo que saber ahora es qué quiero pintar.

O, expresado de otro modo:

-Yo sé hacerlo, lo único que tengo que saber es qué quiero hacer.

En tal situación recodé las cosas que desde pequeña, mucho antes de iniciar

mi formación académica, consideraba las cosas más bonitas que se podían pintar: rosas de grandes pétalos, pájaros de colores. Imágenes que se bordaban en pañuelos, tapetes y vestidos, imágenes de calcomanías.

Así que comencé  a trabajar, no ya delante del caballete, con paleta y pinceles; sino más bien en la disposición del bordado: sentada en una silla, junto a la mesa del comedor, después de cenar, con unas pocas acuarelas y un pincel pequeño. Comencé por una de las esquinas del papel a bordar/pintar una flor. Poco a poco. Cada pétalo, trocito a trocito, hasta cubrirlo todo. Y así con el siguiente.

Después de los pétalos vinieron los tallos verdes y puntiagudos. Despúes los pájaros sobre sus ramas. Mas tarde la flor roja y las ramitas entrelazadas del centro, con sus tres hojas cada una.

Hasta ese momento el fondo, como en los paños del bordado era blanco, era de papel.

A medida que iba pintando el resultado era más sopresivo. Los grandes pétalos de las flores fueron muy llamativos, pero solo hasta que aparecieron los pájaros: rojos, verdes y amarillos. Estos, a su vez, quedaron ‘entonados’ al surgir una flor roja y nacarada arriba en el centro. Este proceso de descaro creciente y progresivo en cada nuevo elemento se mantuvo a lo largo de toda la serie de cuadros hasta culminar en el rosa chicle de las dos niñas del cuadro final, titulado ‘Paraíso terrenal’.

Estos cuadros no son un problema de composición. Lo que mejor complementa un elemento es otro igual, pero como es imposible hacer dos exactamente iguales a mano alzada, eso es suficiente para lograr coherencia y variedad al mismo tiempo. Las reglas de composición son sencillas, no hay reglas más complejas para composiciones más complejas. Lo único dificil en composición es darse cuenta de que la pintura no es un problema de composición.

(Asunción Jódar Miñarro (1990) La intencionalidad en la creacion artistica y los metodos de formacion del artista. Tesis de doctorado no publicada. Granada: Universidad de Granada)

Autora (1988-1990) Dos rosas y dos pájaros. Lápiz y acuarela sobre papel recortado a mano y cristal transparente, 68’5 x 84 cm, marco incluído. Colección particular, Granada.