1. El contexto del proyecto.
La Alhambra en su política de recuperación y conservación del patrimonio incide en la puesta en valor de sus espacios con proyectos de restauración y conservación, así como estudios históricos y artísticos. Es el caso de las habitaciones de Carlos V, construidos en las primeras décadas del siglo XVI y conocidos comúnmente como ‘Habitaciones de Washington Irving’.
En este contexto el actual director del Patronato de la Alhambra, Reynaldo Fernández Manzano, -conocedor de mis investigaciones en Egipto sobre hipótesis visuales-, en marzo de 2017, sugirió la conveniencia de realizar un estudio desde el punto de vista artístico sobre los restos de la decoración en los muros de la última sala de las habitaciones de Carlos V, llamada sala de ‘Las Frutas’ por las pinturas en el artesonado del techo.
Por esta razón como parte del Proyecto de investigación I+D+I-Retos, referencia HAR2016-76353-R, sobre ‘Métodos Artísticos y visuales de Investigación, Innovación e Intervención Social’, Facultad de Bellas Artes, del Ministerio de Innovación, Ciencia y Universidades, actualmente en desarrollo, se inicia este estudio con la colaboración del Patronato de la Alhambra.
2. El lugar: las habitaciones del emperador Carlos V
Carlos V y su esposa Isabel de Portugal llegaron a Granada en su viaje de boda, a finales de mayo o principios de junio (las fechas varían según diversos autores) de 1526, y residieron en la Alhambra durante seis meses y una semana. Se propuso que Granada fuese sede imperial y por ello se construyó el Palacio de Carlos V, obra de Pedro Machuca, a partir de 1527 (que no llegó a finalizarse hasta el siglo XX) y se reformaron y construyeron las habitaciones privadas del emperador entre 1528 y 1537. Carlos V no regresó nunca a Granada, por lo que no llegó a ocupar estas habitaciones. (Díez Jorge, Galera Andreu y Gómez-Moreno Calera, 2006; Vilar Sánchez, 2016)
Las ocho habitaciones son de tamaño reducido y estuvieron decoradas al modo renacentista con escenas de batallas, grutescos, frutas, temas mitológicos, grecas y frisos.
La pintura de las paredes se ha perdido casi por completo excepto en el Peinador de la Reina.
“Entre 1535 y 1537, los pintores Julio de Aquiles y Alejandro Mayner, discípulos de Rafael y de Giovanni da Udine, en Italia, fueron elegidos por el emperador para adornar sus estancias alhambreñas. Hasta él hubo de llegar la fama de las decoraciones de los palacios de Francisco de los Cobos, Secretario Imperial, en Valladolid y Úbeda.” (Rodríguez Domingo y Gómez Román, 1991: 193)
Manuel Gómez-Moreno, llegó a ver restos de la pintura en la pared sur de la última de las habitaciones de Carlos V, que es la que nos ocupa.